Cada vez son más los psicópatas, ¿cómo se hacen llamar esta vez? Escúchame, no es Cantus, es otro tipo de red, han dejado su nombre tallados en los corazones de las víctimas, ¿me escuchas? Han abierto sus cuerpos, tallado su nombre y vuelto a cocerlos antes de dejarlos para ser descubiertos. Tuvimos a Constantine trabajando directamente con ellos cuando capturamos a Jeffrey Max-Rodríguez estaba tan exaltado que había despertado a su mujer, Delilah, quien se había levantado e ido a la cocina para preparar café y un sandwich, conocedora de que su esposo ya no podría dormir y estaría con el azúcar baja. Pero si están aniquilados, todos esos malditos desaparecieron, nos cercioramos de destruir a Cantus. Lamento la hora, Rodríguez, pero es urgente-del otro lado de la línea, Elliot Bowden, director de operaciones del FBI, le informaba detalladamente de 3 homicidios de tres hombres que formaban parte, de la antigua red criminal “Cantus Inferno” y de un agente que había estado en su equipo de investigación a manos de lo que parecía ser un nuevo grupo criminal que copiaba movimientos de su antecesor. Tuvo un ligero alivio al ver a su esposa durmiendo tranquilamente en la cama y solo por precaución, revisó que sus dos hijas estuvieran dormidas y tranquilas en sus cuartos.
Para Alejandro “Alex” Rodríguez, agente especial del FBI, las peores llamadas eran de madrugada, porque siempre estaban llenas de malas noticias, después de todo en una llamada se había enterado de que su hermano Pepe había muerto de una sobredosis, en otra que sus padres habían sido deportados a México y en la más reciente que había tenido, le habían notificado, que agentes y su compañera del FBI, Gwendolyn Constantine había muerto supuestamente en un incendio de una prisión de París.Īsí que cuando el teléfono sonó en la madrugada y lo despertó, casi como un mecanismo de defensa comenzó a pensar en lo peor que podrían decirle.